La dependencia emocional, también denominada sentimental o afectiva, es un trastorno relacional basado en el vínculo entre dos personas. Consiste en un patrón de conducta estable en el tiempo, que se caracteriza por una demanda continuada de atenciones, que la persona afectada procura obtener mediante una relación de afecto patológico. La relación está determinada por una asimetría en los roles de los miembros de la pareja y una actitud de dependencia de la persona afectada hacia la otra persona (Sirvent y Moral, 2008).
La dependencia emocional se manifiesta mediante una marcada posesividad hacia la pareja, la incapacidad para romper la relación, así como por una elevada necesidad de atenciones y demostraciones de afecto. Las personas afectadas, generalmente presentan un importante temor a la pérdida o a ser rechazadas por la persona querida, así como sentimientos de culpa, vacío o abandono. La persona afectada generalmente adopta un rol de subordinación, hasta el punto de aceptar como normales desprecios o humillaciones de la otra parte.
La dependencia emocional generalmente se utiliza para referirse a las relaciones de pareja, aunque no es exclusivo de este ámbito, ya también se puede producir en otras relaciones afectivas, como por ejemplo en las relaciones entre familiares, amigos u otras personas cercanas, en las que existe un vínculo afectivo.